La Luna Teletransportadora

24 junio 2012

Realidad vs. Fantasía


Imagino que el tópico de uno o varios personajes que encuentran una puerta –sea esta o no una con dicha forma o alguna otra, tales como armarios, cuadros, libros, etc. – que da a un mundo mágico está bastante visto ya. Sin embargo, me inclino a pensar que algunas historias, como la mía en este caso, piden tener esa estricta división entre realidad e imaginación.
Es necesario, a veces, establecer esa declaración de independencia de un mundo frente a otro. Un mundo real, sobrio, crudo y falto de esencia; y otro mágico, místico, donde el personaje encuentra las herramientas para evolucionar.
Me parece especialmente relevante, sobre todo en historias infantiles o juveniles, mostrar al lector que en la imaginación tiene los útiles necesarios para establecer una evolución sana, quizá no física, pero psicológica, de espíritu que dirían.
Enseñar que, en la dosis correcta, la fantasía nos da el punto de niñez necesario para ser buenos adultos. No por mucho madrugar, amanece más temprano. O, por contextualizar, no por antes hacer de adulto, ante habremos de madurar. Eso es algo que tengo más que comprobado, aunque no es este el momento de escribir una crónica social sobre la pérdida temprana de la infancia en las generaciones jóvenes.
Tan solo quiero concluir citando al filósofo italoargentino José Ingenieros, que decía, “La imaginación y la experiencia van de la mano. Solas no andan”

No hay comentarios:

Publicar un comentario